Hoy no escribiré sobre fotografía, ni consejos de cómo realizar una buena toma, hoy quiero compartir que alguna vez tuve una familia, (pareja, hijo, mascota...) y la sigo teniendo; solo que hoy está rota.
Hace ya casi dos años que la mamá de mi hijo y yo decidimos separarnos, pues ya no había entendimiento para poder ponernos de acuerdo en muchas cosas, pero principalmente nos olvidamos de ser un equipo; dejamos de ver hacia la misma dirección. Éstos dos años no han sido nada sencillos, nada; en ocasiones hay subidas y bajadas emocionales, momentos en los que he deseado que tan sólo sea un mal sueño, y que al despertar todo regrese a la normalidad.
Sin embargo, noches van, madrugadas vienen, y como dice la mamá de mi hijo: "Esto es lo que hay, y lo que tenemos para seguir adelante".
No vine a quejarme, ni a buscar hacerme la víctima, cuando una pareja se separa, son dos los que fallan, son ambos los que se equivocan...son dos o más los que perdemos (en el caso de que haya hijos), pues ése tipo de desiciones terminan afectando a todos y cada uno de los involucrados.
Concebir un hijo, necesariamente es un acto de Amor, como también lo es tomar la difícil decisión de separarte de quién fue tu pareja por más de 10 años, pero el acto de amor en este caso es velar por la propia felicidad, y saber que la felicidad; no se encuentra al lado de otra persona, puedes compartir tu propia felicidad con alguién mas; pero la felicidad se encuentra en uno mismo, en el interior de tu alma, cuando te Amas y logras comprender que no le perteneces a nadie; así como nadie te pertenece a ti, eso es el concepto del que escribo; el Amor, el verdadero y puro necesariamente te tiene que hacer libre.
La vida te da lecciones a base de golpes y caidas, algunos muy duros y difíciles de asimilar; pero al final del día, con la única persona con quién debes estar en paz y en perfecta armonía es con uno mismo, pues si no hay paz, ni amor, ni libertad para contigo; no puedes tenerla con las demás personas que te rodean.
Estoy lejos de ser perfecto, pues la perfección no existe; sigo equivocandome, cometiendo errores; pero la diferencia está en que cuando lo hago, acepto mi responsabilidad, sin cargarle a nadie más, sentimientos que no le corresponde cargar.
La vida sigue, el tiempo no detiene su paso implacable, así como tampoco puedo quedarme contemplando el pasado o el famoso "hubiera", la vida siempre es hoy, no mañana ni ayer, ahora; siempre es hoy.
Libertad para Amar, para ser feliz, para vivir sin apegos ni ataduras de ningún tipo, para aceptar las concecuencias de tus propias decisiones.
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